HALLOWEEEN, CELEBRACION Y CEREMONIAS

LA FIESTA CÉLTICA DE SAMHAIN

Halloween es una fiesta popular en Estados Unidos, y se ha extendido a algunos países anglosajones e hispánicos. Sin embargo, no es nativa de dicho país. Su tradición, adornos y vestimenta son las reminiscencias de una ceremonia céltica más grande, antigua y mística que sobrevivió a la transformación cultural que vivió la Europa pagana por el desarrollo de la iglesia católica. A finales de la edad antigua, los celtas dominaban algunos territorios de Francia, Irlanda y Escocia y celebraban el Samhain. Su poder mágico le ha permitido sobrevivir hasta el siglo XXI como Halloween.

El Samhain era una fiesta pagana para despedir el año viejo celta y celebrar la llegada del nuevo. Su calendario no era solar. Éste combinaba las lunaciones con el ciclo agrícola. El año era dividido en dos temporadas que correspondían al calendario solar actual: de noviembre a marzo era la mitad oscura. Tenía su inicio en el mes de Samonios. De abril a octubre era la mitad clara y comenzaba en el mes de Giamonios. El último día del año se encontraba entre octubre y noviembre. Por eso Halloween se celebra el 31 de octubre.

Se acudía a la corte real de Tara (corazón de la cultura celta) para celebrar durante tres días la llegada del año nuevo. Durante las festividades, sobre todo la última noche, los difuntos tenían permiso de caminar por el mundo de los vivos. La gente apreciaba saludar y ver de nuevo a sus seres queridos; temían por las almas malignas que exigían cosas como alimentos y bebidas. Para evitar su furia, la gente dejaba platos con comida, frutas, cereales y bebidas alcohólicas en la entrada principal de sus casas.

Es por esta costumbre que en Halloween los niños se disfrazan como fantasmas, esqueletos y otros personajes para pedir dulces. Se ha hecho común la frase inglesa Trick or treat, que significa “Trato o treta”, el canje que se hace entre los chicos y los dueños de casa. En más de una ocasión las casas que han negado los dulces son víctimas del ataque que temían los celtas, pero a modo de jugarreta, siendo cubiertas de papel higiénico o huevos. También en el Samhain se acostumbraba a colocar en las casas telarañas, tierra, calaveras y otros para hacerlas parecer un cementerio oscuro y tenebroso. Así a los malos espíritus no les parecerían apetecibles y seguirían su camino. Imitando esa costumbre, los amantes del Halloween adornan sus casas con máscaras, esqueletos y personajes modernos de terror.

Cuando la iglesia católica comenzó su expansión, adaptó muchos días sagrados de otros pueblos a su propio dogma. Al conocer el Samhain, los dirigentes católicos lo transformaron en “El día de los santos”. En principio se celebraba el 1º de noviembre, pero los celtas festejaban de noche. Por eso se comenzó a nombrar la última noche de octubre. Ese es el origen del Halloween, ya que esta palabra evolucionó de la expresión inglesa All Hallow´s Eve, que se traduce como “Víspera del día de los santos”.

 

LA CALABAZA

En Halloween es habitual tallar un rostro en una calabaza y colocar en su interior ahuecado una vela encendida. Se dice que en la celebración celta del año nuevo era común tomar nabos, sacarles el relleno, tallarles caras tenebrosas y colocarles dentro una braza ardiente. Cuando los irlandeses llegaron a Estados Unidos se encuentraron con ella. La adoptan por su tamaño y color naranja -que le otorga un gran poder-, mucho más apropiada para los rituales y adornos.

Existen dos versiones que describen la razón de perforar calabazas y alumbrar su interior. Algunos cuentos narran que era para iluminar el camino de los espíritus cuando salían de la oscuridad del mundo de los muertos. Otras historias explican que se colocaban en las puertas de las casas para espantar a los difuntos.

 

CEREMONIAS CELTAS CON CALABAZAS

Al descubrir las cualidades mágicas que poseen estos frutos, los celtas crearon ceremonias para proteger y atraer la prosperidad a sus hogares.

Para proteger tu hogar de malas energías necesitas: una calabaza, siete cintas de colores distintos y siete alfileres. Es una sencilla cura que evitará que malas energías entren en tu hogar. La calabaza debe estar en buen estado y ser preferiblemente ovalada. Sujétale las cintas con los alfileres. Cada cinta representa un deseo de ventura y resguardo para tu hogar. Cuando termines, ubícala en la puerta principal de tu hogar y conságrala repitiendo:

“Esta calabaza recibirá toda la energía negativa que pueda entrar en mi hogar y la transmutará”.

El fruto recibirá cualquier fuerza negativa que se dirija a tu hogar y la transformará en buena. Si esto pasa, se dañará. Deséchala en agua que corra (por ejemplo en un río, arroyo o cascada). Repite el ritual cuando quieras.

Para atraer bienestar y limpiar tu hogar, consigue una calabaza completa, con su tallo original, un plato de barro, miel, nueve cintas de colores, papelillos de muchos colores y caramelos. Ponla en el plato, amarra las cintas a su tallo y rodéala con las cintas de forma descendente. Luego cúbrela por completo con la miel. Agrega los papelillos de colores y caramelos mientras visualizas como todos los conflictos y energías de envidia, malestar y dolor salen de tu casa. Cuando termines de cubrirla con los trocitos de papel, decreta: “Esta calabaza atrae la prosperidad para todos los que moran en esta casa”.